Bienvenida a todo el mundo

Desde aquí doy la bienvenida a todo el que desee leer mis opiniones en un lugar donde la indiferencia no tiene lugar.

domingo, 31 de agosto de 2008

Malos tratos y animales de compañía.

Durante este verano la verdad es que en las noticias de la televisión no han parado de aparecer multitud de desgracias, pero independientemente de las nuevas y graves desgracias, ha habido otras que ya son recurrentes. Principalmente me refiero a la denominada violencia de género, violencia doméstica, y a veces mal llamada violencia machista, porque en algunas ocasiones es el macho el que la recibe. Por cierto hoy he sabido de un nuevo caso, ¡suma y sigue!

Ha habido un buen número de casos estos últimos meses de víctimas de esta repugnante lacra social, sin embargo debe haber muchos otros casos en que no existe violencia física, pero sí psicológica, lo que me lleva a hablar un poco del maltrato psicológico y de lo bien que algunos “pseudocientíficos” lo han estudiado.

El maltrato psicológico entra dentro del ámbito de estudio de la Psicología, pero viendo la manera en que grandes psicólogos llevan a cabo sus experimentos, la verdad es que creo que las víctimas de malos tratos psicológicos deberían echarse a temblar...

Hay quien ha propuesto que las personas que viven mucho tiempo sometidos al maltrato psicológico llegan a alcanzar un estado que la Psicología denomina “indefensión aprendida”. Esta teoría fue desarrollada por un antiguo Presidente de la Asociación Psicológica Americana de los Estados Unidos, nada más y nada menos, el honorable, o quizás no tan honorable Martin Seligman.

Pero, ¿qué hizo este señor que merezca mi atención? Pues para estudiar los malos tratos psicológicos no se le ocurrió otra cosa que experimentar cruelmente con animales de compañía, en su caso perros domésticos, que parece ser que para los grandes psicólogos son los animales más parecidos al ser humano.

Recuerdo mis penosas clases de Filosofía en 3º de BUP, donde ya descubrí que los psicólogos no tienen escrúpulos en comparar psicológicamente a un perro con un ser humano, lo que puede que no esté del todo mal, pero no deja de ser chocante. Entonces descubrí al perro de Paulov.

Así surgió la teoría del “condicionamiento clásico”. El señor Paulov, observó por casualidad que los perros que tenía en su laboratorio empezaban a salivar simplemente por oír los pasos de la persona que les traía la comida. ¡Este Paulov era un genio de la trivialidad! Se dio cuenta de que los perros habían aprendido a saber que llegaba su comida, lo que cual niño observa cuando le da de comer a su mascota. Pero no contento con ello Paulov fue a más y estudió ese desconcertante fenómeno...

Cambió el estímulo de los pasos por una campanita, y así tras entrenar al perro tocando la campana antes de que recibiese su suculenta comida, consiguió que el perro también se pusiese a salivar al oír el sonido de la campana. Y, ¡cómo no!, luego comprobó que el perro salivaba al tocar la campana aunque no le diese la comida después. Supongo que no se le ocurrió pensar en qué podría sentir su perro (desengaño, frustración, dolor emocional) al ponerse a salivar y no tener recompensa. En mi opinión, Paulov maltrató a su perro.

Pero Paulov es un ángel de la caridad comparado con Seligman. Este último no usaba campanita para su estudio no, sino cosas mucho peores. Seligman tenía una idea entre ceja y ceja, y era estudiar los efectos del maltrato psicológico. Pero no sé si es que tenía reparos en tumbar a una víctima de esos malos tratos, que por desgracia las hay a patadas, en su diván, o es que disfruta enormemente con el dolor ajeno de los seres dóciles e indefensos.

Seligman extrapoló la idea de Paulov hasta el límite de la crueldad. Cogió a un inocente perro y lo metió en una amplia jaula. Le ponía un plato con comida en una esquina de la jaula y cuando el perro iba hasta allí para comer recibía una “agradable” descarga eléctrica. Luego le ponía otro plato en otra esquina diferente y esta vez el perro podía comer porque no recibía la descarga. Con el paso de los días los platos iban apareciendo en las esquinas de la jaula al azar, unas veces cuando se acercaba el perro recibía la descarga y otras no. Como resultado el pobre perro dejó de comer, el miedo a las descargas vencía al hambre. Es más, en el momento en que al perro se le abrió la jaula ni siquiera salió, ya que el miedo lo tenía totalmente paralizado. ¡Qué agradable este Seligman! ¿Qué habríamos pensado de ocurrírsele algo similar a Hitler?

No dudo que el experimento puede reflejar los diferentes estados por los que atraviesa una víctima de malos tratos, a la que al final el miedo tiene totalmente paralizada y refugiada en sí misma por miedo a hacer algo que haga que le lluevan palos, pero ¿es una crueldad o no? Con lo fácil que habría sido hablar con las víctimas y hacer una estadística de sus vivencias...

Por ello no me ha sorprendido enterarme de que Jane Mayer, ha escrito un libro titulado “The Dark Side”, en el que devela la participación de psicólogos en las torturas y malos tratos a los detenidos (personas, ya no animales) por parte de el de pocas luces Bush y sus secuaces. En él se aportan pruebas de la participación de los psicólogos James Mitchell y Bruce Jessen en las salvajes y mejoradas técnicas de interrogatorio. Y esto lo digo porque esas nuevas técnicas se apoyan en la teoría de la “indefensión aprendida” de Seligman, resultado al que ya he explicado como llegó maltratando a animales, para explicar el maltrato.

Parece ser que Seligman, invitado sutilmente por la CIA, dio unas charlas a las que asistieron esos otros dos psicólogos, que utilizaron su teoría para elaborar esas nuevas técnicas de interrogatorio, técnicas diseñadas para suavizar los efectos de la tortura, pero que casualmente habían sido manipuladas hasta lograr el efecto contrario, que no ha sido otro que implementar las torturas a los detenidos en Guantánamo, Afganistán e Irak.

Por supuesto, los psicólogos lo niegan, a pesar de la existencia de documentos que prueban la presencia de psicólogos en la supervisión de interrogatorios, que incluían malos tratos y torturas. De hecho, el mismo Seligman dice que el no sabía nada del uso negativo que se le iba a dar a su charla, ya que él está totalmente en contra de la tortura, que se lo pregunten a su perro, ¿verdad?

Hoy me apetecía hablar sobre la relación que hay entre los malos tratos y los psicólogos. Es increíble cómo puede avanzar mi argumento desde el intento de explicar el estado de un maltratado, con una teoría psicológica obtenida maltratando a un perro, para terminar por aplicar esos conocimientos en el maltrato de nuevos seres humanos, ¡qué mentes más retorcidas! ¿No?

Y así lo dejo por hoy, esperando que mis palabras no merezcan el castigo de la hoguera, ya que los auténticos merecedores del castigo del fuego purificador son por supuesto los que maltratan a seres humanos ya sea física o psicológicamente, pues son auténticos criminales; y los que maltratan a animales aunque sean con fines tan buenos como el de Seligman y otros psicólogos, que son los auténticos “animales” (en el sentido más “hitleriano” de la palabra) de compañía. Supongo que es por ello por lo que en cierta campaña publicitaria se aceptaba pulpo como animal de compañía...

¡Buenas tardes!

sábado, 9 de agosto de 2008

Es verano, ¡ojo con los incendios forestales!

Parece ser que a día de hoy el enorme incendio de Zaragoza sigue sin estar controlado. Y eso a pesar de las palabras de la ministra Carmen Chacón, quien, como la mayoría de los políticos no sabe mantener cerrada su boca y habla antes de tiempo, ya que hace unos días dijo que sí que lo estaba, y que no se atrevía a decir extinguido pero que prácticamente así era. Nada más lejos de la realidad...


El viento está dificultando las labores de extinción de ese incendio, y es que el cierzo, siempre sopla fuerte, lo que no sé es la razón por la que quienes deben de dar ejemplo lanzan rápidamente las campanas al vuelo, ¡si los ciudadanos de a pie hiciésemos lo mismo! En realidad, y según fuentes más fidedignas que la ministra todo parece indicar que durante este fin de semana sí que se podría acabar con el incendio.

La verdad es que con éste y algún otro, son pocos los incendios que nos han asaltado este verano y eso es un motivo para la alegría, ya que tenemos una tradición de incendios veraniegos que asusta al más pintado. Y si consideramos la Comunidad Valenciana todavía más.

Para todos los que me leéis debe resultar evidente que los incendios son muy dañinos para el medio ambiente, así como para la vida en nuestro planeta, ya que los árboles y cualquier tipo de vegetación son muy pero que muy necesarios.

El principal problema que causan los incendios es la deforestación, esto es la pérdida de masa forestal de la zona incendiada. Pero ese grave problema tiene enormes consecuencias, y no sólo para la zona quemada. Normalmente, en muchos incendios se quema parte de la tierra que hay debajo, que es la más rica en nutrientes, con lo que es difícil para la vegetación volver a arraigar. Además, la fauna de la zona pierde su cobijo y en algunos casos lo que le sirve para alimentarse, si es que no perecen en el mismo incendio...

La deforestación también está ligada al cambio climático. Es de dominio público que las plantas realizan de día, y gracias a la luz solar, la fotosíntesis, muy necesaria para su vida, pero también para la nuestra, pues cuando la realizan toman CO2 de su alrededor y producen oxígeno, tan importante para nuestra respiración, pero también muy importante para eliminar el CO2 antes de que se aloje en la atmósfera, pues es el principal causante del efecto invernadero, que como todos sabemos está provocando el calentamiento global del planeta. Además, la ausencia de vegetación impide las lluvias, con lo que se entra en un círculo vicioso, ya que al no tener plantas, no llueve, y como no llueve, no crecen las plantas, y se seca la tierra, con lo que también se produce sequía. Y todo ello se puede derivar de un simple incendio, ¡a ver si así se lo piensan más los pirómanos!

Por desgracia, la mayor parte de los incendios tienen causas antropogénicas, es decir, que se producen por la intervención del ser humano, lo que no quiere decir que sean provocados. De hecho, el incendio de Zaragoza, a pesar de ser producido por el ser humano no fue provocado, ya que lo que menos pensaban los que chocaron con su coche y produjeron el incendio era en provocarlo claro.

Muchas veces el ser humano, por descuido (colillas mal apagadas, hogueras mal realizadas, trozos de cristales abandonados, etc.) o por cosas que escapan a su control, como por ejemplo las chispas fortuitas que se producen a lo largo de las redes de alta tensión, es el que produce los incendios. Sin embargo, los incendios de origen natural escasean, como podría ser la caída de un rayo en una tormenta veraniega.

Pero la conciencia social ha ido aumentando, lo que unido a duras sanciones, ha provocado que todo el mundo sea más cuidadoso y respetuoso, y que siga siempre las orientaciones de los agentes forestales cuando hacen salidas al campo. Aún así sigue quedando gente que no se da por aludida y hace lo que le da la gana, lo que no está nada bien. Y eso que con las campañas publicitarias de los últimos años se ha conseguido mucho.

Los peores sin lugar a dudas, y los que más daño producen a los que amamos de verdad al medio ambiente, son los incendios provocados. Sus principales causas siempre han sido socioeconómicas, unidas a algunos casos de pirómanos que requerían tratamiento. Hace algunos años eran habituales los incendios que provocaban las industrias madereras o papeleras para poder talar árboles y seguir amasando su dinero. Por suerte, impidiendo que las citadas industrias tuviesen acceso a los árboles quemados se consiguió atajar ese problema, me gustaría pensar que definitivamente. En este caso los políticos supieron resolver el problema.

En los casos en que los políticos ya no estuvieron tan atinados son aquellos en los que se quemaba una extensión de bosque para que se pudiese recalificar el terreno y así construir viviendas o incluso macrourbanizaciones. En este caso los políticos ya no fueron tan eficientes, porque la construcción siempre ha untado a la política, y claro, a un político no le toques su pan, ni su BMW...

Recuerdo como algo que me llegó al alma el caso de Terra Mítica. Todos los veranos hacía una excursión y pasaba por donde ahora está ese parque de atracciones que nunca he pisado, y allí veía una bonita arboleda. Un año, en lugar de ver esa bosquecillo, lo que vi fue un conjunto de árboles quemados, y al año siguiente ya vi crecer al nuevo parque de atracciones, ¡qué casualidad!, ¿verdad?

Para evitar este tipo de actuaciones es necesaria una legislación estatal que sirva de verdad y que impida recalificar los terrenos asolados por un incendio en siglos, sin que se pueda cambiar. ¿Nuestros corruptos representantes lo admitirán? Algo se ha andado ya...

Como también se ha andado mucho en la prevención y en la extinción de incendios forestales, pues ya existen unidades del ejército, que se encuentran muy bien preparadas y con los medios adecuados para poder minimizar los daños producidos por un incendio. Por supuesto siempre debería quedar lugar para los muchos que como yo irían gustosamente como voluntarios para ayudar en todo lo que sea posible.

En fin, esto es todo por hoy. Supongo que las palabras de hoy no deberían llevarme a la hoguera, ya que los merecedores del castigo del fuego purificador, nunca mejor dicho, son todos eso indeseables que provocan incendios en beneficio propio, como también los que no respetan las normas y acaban provocando más incendios, por el simple, pero por desgracia, habitual hecho de tirar una colilla a la cuneta desde sus coches. ¿Y por qué no? También para alguna ministra que se aprovecha de un incendio para vender humo acerca de las virtudes de su gobierno, aunque al menos con este gobierno, la ministra no se va de caza en plena catástrofe.

¡Buenas noches!

viernes, 8 de agosto de 2008

La Inquisición fue mala, ¿y el equivalente musulmán?

La verdad es que en estos últimos días, la palabra censura me anda rondando por la cabeza, ya sea porque otras personas la comentan o porque la veo en los medios de comunicación. Pero lo que he visto hoy, sí que es una auténtica censura, con el agravante de que es una censura por terror.

Todo viene porque ha habido una editorial, Random House, la cual ha retirado una novela que trata de la niña que fue esposa del profeta Mahoma, (¡no ha llovido desde entonces!), por miedo a que pudiese generar como respuesta actos de violencia. Hay que ver hasta donde llega ya nuestra intuición que sabemos lo que hará cierto colectivo de personas, ¿o acaso no será intuición?

Lo cierto es que la novela se titula The Jewel of Medina y la ha escrito una periodista de nombre Sherry Jones. Dicha novela iba a ser publicada el próximo martes 12 de agosto, pero tendrá que esperar, ya que toca un tema por lo visto tabú para ciertos grupos musulmanes. Y es que claro, la novela habla de Aisha, la niña que con sólo seis añitos se unió en matrimonio a Mahoma, desde ese momento hasta que acontece la muerte de Mahoma. Por cierto, ¿qué nombre recibiría hoy Mahoma en nuestro país por liarse con una niña de seis años?, ¿estaría perseguido por la ley? ¡Cómo cambian los tiempos!

La verdad es que no han cambiado tanto los tiempos, puede que en nuestro país sí, pero en otros países que abrazan la religión islámica está bien visto eso de casar a una hija a tan tempranas edades sin que reine el amor por supuesto, por ejemplo recibiendo a cambia de la hija saliente unos cuatro camellos. Parece que hable de cosas que ocurrían en la Edad Media, pero lo cierto es que todavía pasan ahora en países cuya religión les ha impedido avanzar por lo que siguen anclados en la Edad Media.

Tal vez la editorial en cuestión sentía miedo de que sobre la autora pudiese caer una amenaza de muerte como le ocurrió a Shalman Rushdie por sus famosos Versos Satánicos. Y teniendo en cuenta que algunos miembros de la comunidad musulmana se ofenden porque se celebren fiestas de Moros y Cristianos consistentes en desfiles, pues no me extraña que por nombrar temas religiosos, del Islam claro, se arme la marimorena. A mi memoria también viene el incidente con las viñetas en las que se caricaturizaba a Mahoma (como la expuesta aquí al lado), pues grupos radicales islámicos se tomaron la justicia por su mano, cosa a la que están acostumbrados y para lo que no necesitan ninguna excusa, seamos realistas.

Pero bueno, habrá que confiar en la autora, ya que ha dicho que cuando escribió la novela, de la que incluso ha escrito ya una segunda parte, lo hizo con mucho respeto al Islam y a la figura de Mahoma, con intención de que fuese un puente entre culturas. Sin embargo, la editorial lo único que ha visto ha sido un puente hacia una posible guerra, otra más, encabezada por radicales y ciegos musulmanes, por ello la publicación de la novela ha sido pospuesta de manera indefinida para salvaguardar a la autora, a los empleados de la editorial, a los libreros y supongo que incluso a los lectores de la novela... ¡Qué terror!

Desde que comenzó mi andadura en el blog, allá por enero, he escrito unos cuantos artículos acerca de la actitud de la Iglesia, de su intolerancia con las formas de pensar diferentes a la suya, etc. Un hito negativo de la Iglesia fue la famosa Inquisición, que hizo suya una forma de morir quemando a los “herejes” (ya sabéis mi opinión de que los auténticos herejes estaban y están en la Iglesia) en la hoguera, lo que me sirvió para dar título a este blog.

Lo cierto es que no he hecho lo mismo con la iglesia musulmana porque en ella no me bautizaron sin preguntarme, ya que soy católico de número claro. Pero lo cierto es que el Islam merece que mi pluma descargue sobre él con mucha más fuerza, ya que en pleno siglo XXI se comporta más o menos como la Iglesia de la Inquisición, lo que me parece muy triste.

Yo no me voy a meter con las creencias de la gente, pero algo que impide que se publiquen libros en nuestros días, únicamente por puro miedo a represalias no puede ser bueno. Eso sí, tan sólo a las ONGs les importa de verdad todo lo malo que hay detrás del Islam, como lo son el machismo exacerbado, las torturas, las lapidaciones, etc, ya que a los gobiernos occidentales parece que les importa por sus condenas verbales, pero no así por sus actos, pues el único motivo para invadir y liberar a los ciudadanos de un país sometido al yugo del Islam más duro, es que bajo sus tierras exista petróleo.

Volviendo al tema en cuestión, he de reconocer que no me ha gustado nada la actitud de esa editorial, que por miedo decide no publicar un libro al que su autora le ha dedicado bastante tiempo de estudio y realización. Esta editorial utiliza la censura por miedo, lo que no deja de ser censura. Y bueno, espero que eso sea la verdad, que el miedo les impida publicar el libro, pues hay elementos de este tema que huelen un poco raro.

Aunque sea una posibilidad remota y bastante malintencionada, podría tratarse de una farsa publicitaria por parte de la editorial para incrementar las posibles ventas de esa novela, ya que es un poco raro que para evitar represalias de radicales islámicos se den tantos datos: nombre de la editorial, nombre de la autora, título y portada de la novela, tema del que trata la obra, etc.

Y así, con el agrio sabor de estar viviendo como tercero una censura y con la duda de la verdadera intención de la editorial, os dejo por hoy queridos lectores. Es muy probable que para algunos mis palabras merezcan llevarme a la hoguera, pero la verdad es que eso no sería justo, ya que los que merecen el castigo del fuego purificador son los radicales islámicos que van sembrando el terror por el mundo y esa editorial que tras tener totalmente preparada una novela ha decidido no publicarla aplicando una censura por miedo.

¡Buenas noches!

martes, 5 de agosto de 2008

Si he de soñar, que sea hacia atrás...

¡Uaaaaaaaaaah! ¡Qué sopor! Esto de despertar a la vida tarde tiene esas cosas, pero bueno al menos tendré que soportar menos calor en el día de hoy, algo bueno pues...

¿Qué hora será ya? Las 11:44, ya toca levantarse... Pero, ¡no puede ser!, hace un rato he mirado y ya eran las 11:44, volveré a mirar, que todavía debo estar durmiendo, a ver a ver... ¿las 11:40? ¿Pero esto qué es? Ya sé, se me ha vuelto a estropear el reloj, a saber qué hora es...

El de la cocina no falla nunca, entonces son las once, no era tan tarde, después de todo, pero..., ¡un momento! ¡La manecilla del reloj va hacia atrás! ¡No puede ser! ¡En verdad va hacia atrás! El segundero corre en sentido antihorario, ¡no puede ser!

Un momento, pondré la radio a ver qué dice: ...ovitamrofni nítelob ,otnup ne zeid sal noS .saíd soneuB ...iiiiiiiiip ip iP No entiendo nada, la radio también se ha vuelto loca, hasta me parece oír al locutor hablar al revés, debería dejar de escuchar a Marliyn Manson, que ya escucho a Satanás por la radio, ¡necesitaré un exorcismo!

No lo que pasa es que sigo durmiendo y estoy soñando. Si ahora tiro un vaso al suelo, cuando se rompa me despertaré del susto, ¡ahí va! Ya cae, me voy a despertar, sigue cayendo, me despertaré, cae despacito, ¿por qué tarda tanto en caer?, ya toca el suelo, se resquebraja, se esparcen sus trozos, ¡pero! ¡Los trozos se vuelven a juntar! ¡El vaso sube! Y lentamente se coloca otra vez encima de la mesa, pero, ¿qué pasa?

Acabo de escuchar un estruendo, la casa se mueve, la casa se encoge, tengo que salir de ella mientras se derrite, sí veo bien, las paredes, los muebles, todo se está derritiendo, incluso la suela de mis zapatillas, es como en el cuadro de Dalí el espacio-tiempo se dilata, y se contrae, da un vuelco, me voooooy...

Salgo corriendo de casa, pero no he cogido el paraguas, y vaya error, porque ahora está lloviendo, pero también llueve raro. Ya veo lo que pasa, el agua sale del suelo, de los charcos, y acaba en las nubes, ¡y ni siquiera me moja!

He de correr más, el suelo sigue desapareciendo a mis espaldas, oscila y se convierte en un fluido, yo no quiero acabar en él. Grito a la gente que veo para que corran y huyan, pero no me hacen caso, ¿acaso quieren morir? Yo no...

En mi carrera veo a una pareja discutiendo, parece que hay amenazas, aunque no entiendo muy bien lo que dicen, ¡claro!, ¡si todo va al revés! Ya son felices otra vez, esto es al principio, y la mujer me sonríe, ¿por qué? ¿No teme morir?

Me da igual, yo sigo corriendo, he de huir de ese suelo que se derrite. Aún así me doy cuenta de que en la carretera están los restos de un gato atropellado, con lo que a mí me disgusta ver eso, pero ya no son los restos, el gato vuelve a estar entero mientras el coche lo atropella otra vez, pero al revés claro, y no sé, me da la impresión de que el gato también me ha sonreído. Pero bonito, ¡huye!, ¡correeee!, ¿no ves que vamos a desaparecer?

En fin, yo sigo corriendo mientras veo cosas tan extrañas que no se pueden describir con palabras, pero la carretera se acaba, y detrás de mí todo se deshace. Trato de huir montaña arriba, pero no es una montaña cualquiera, resulta ser un volcán y se encuentra en erupción, pero una erupción extraña pues las cenizas y la lava se dirigen al interior del volcán, me atraviesa todo y no me toca, es como si yo no formase parte del mundo, como si estuviese huyendo del mundo. Pero lo he de conseguir, huiré de este mundo que se está desintegrando y que no me deja ser yo, ya que de lo único que soy consciente es de que yo soy yo, aunque los demás no lo sean de sí mismos y se estén dejando absorber.

Franqueo el volcán y ¡oh gran decepción! Por el otro lado también se está derritiendo todo, no hay salida. Vuelvo a subir y veo el volcán, en su interior un río rojo anda revuelto y tras de mí por todas partes el espacio y el tiempo se confunden, todo está ya acabando, estoy atrapado. Ahora lo veo, voy a morir, hoy no tenía que haberme despertado. En fin, si Alicia atravesó el espejo y se encontró un mundo mejor, tal vez mi espejo sea la lava, por ello decido que más vale atravesar el fuego de la hoguera del volcán que perderme en esa masa que me persigue y todo lo consume. Así que salto al interior del volcán...

Pero no, no ¡nooooooooo!, no lo he conseguido, ese mundo que se derrite me ha atrapado en mi caída, mis piernas se funden, mi cuerpo, todo yo... ¡adiós!

Aunque no he muerto, sigo sintiendo, sigo pensando, sigo siendo yo, pero yo ahora también voy marcha atrás. Es como una montaña rusa pero con todo al revés. Mi vida pasa a toda velocidad ante mí aunque marcha atrás.

Mi trabajo, mis estudios, mis amigos, mi familia, todo desaparece al aparecer, esto es un continuo devenir de información. Pero... parece que se frena, ahora soy un bebé, no sé articular palabra, no puedo gritar, sin embargo estoy llorando. Un médico me pega y me vuelve a meter en mi madre...

No acaba todo, aún siento cosas del mundo exterior mientras me desaparecen los bracitos, las piernecitas. Sólo soy ya un montón de células que luchan por juntarse en una sola, hasta que lo consiguen. Y ahora salgo de un sitio y voy muy rápido hacia atrás, y eso que tengo cola, ¡soy un espermatozoide! Y no sólo eso estoy entrando en mi padre, hasta que poco a poco me descompongo y desaparezco.

Sin embargo sigo aquí. No me veo, no veo a nadie. Pero estoy seguro de que eso que siento soy yo. Es más, en ese punto de allá siento al gato que me sonreía, en aquel otro punto a la mujer que también me sonrió, ¡estamos todos aquí!

Y además estamos bien. En este universo de puntos todos nos sentimos felices, sólo somos puntos pero eso no importa. Siento que hay árboles, que hay flores, que hay pájaros, que hay insectos, que hay peces, que hay hombres, que hay mujeres... y todos somos iguales, todos somos puntos. Nadie es más que nadie, nadie es mejor que nadie, y como lo sabemos todos somos felices. Ahora entiendo el motivo de que nadie huyese, de que yo fuese la única cosa del mundo, que no comprendía lo que nos iba a pasar, por eso todos sonreían mientras yo no hacía más que huir.

Aquí todo el mundo sabe lo que puede llegar a ser, en lo que cada punto se convertirá. Por ejemplo aquel punto de allá será un gorrión, y no temerá a las escopetas de balines, ya que el ser humano aquí no siembra ni el dolor ni la muerte. Ese otro punto de allá será un hombre, que no tiene miedo de serlo, porque es igual a todas las demás cosas. Sabe que no será maltratado por nadie y que tampoco maltratará a nadie; sabe que ni será rico ni pobre, porque aquí no existe el dinero ni tampoco las clases sociales. Aquel otro punto de allá será un elefante, que se siente bien porque no teme que nadie le mate por su marfil. Y allá, al fondo, si me fijo bien hay otro punto, y ese punto eres tú...

Es triste tener que imaginar un mundo perfecto y donde todos los seres vivos del planeta seamos iguales, como un universo de puntos. Sólo así podemos ser felices, porque nadie es mejor que nadie, y todos lo comprendemos. En ese universo hay paz, en ese universo todos podemos ser lo que queramos, ya que nadie nos corta las alas. Tal vez así fue el principio, un mundo sin diferencias, y ahora sólo podemos llegar a él retrocediendo más y más. ¿Por qué el ser humano llegó y destrozó este universo tan feliz llenándolo de diferencias que no sirven para nada?

En fin, espero que mis palabras de hoy, un tanto surrealistas, no merezcan el castigo de la hoguera, ya que quienes merecen el castigo del fuego purificador, ese que estaba en el volcán al que no pude caer, son todos los seres humanos que hacen que otro ser vivo sea infeliz. Desde el que pisa una planta hasta el que maltrata o mata a un animal, desde el que acumula riquezas y poder viendo como sus semejantes no tienen nada hasta el que se considera superior, desde el que maltrata a su ser más querido hasta el que agrede a su peor enemigo. La verdad es que estamos todos ahí, hagamos algo por mejorarlo sin tener que retroceder cruelmente para acabar convertidos en puntos.

¡Buenas tardes!

domingo, 3 de agosto de 2008

Sobre el mal afamado Mesón de Cándido.

Durante este verano ya he realizado un viaje de vacaciones para huir de los calores veraniegos propios de la zona, y también para aislarme de las ruidosas fiestas de mi pueblo.

El viaje consistió, en una primera etapa, en conocer la gastronomía típica de Castilla, en particular de Ávila y de Segovia, para luego perdernos en el norte, con sus noches fresquitas y con ese color verde que poseen Cantabria y Asturias, algo muy distinto a lo que se ve por Alicante.

El final del viaje estuvo muy bien, descansado, con tranquilidad y disfrutando de la gastronomía del lugar con fabada, pescado, mariscos, etc. Pero del principio salí un poco defraudado, más que nada de la gastronomía.

En Ávila verdaderamente probé un buen chuletón de Ávila claro, que a pesar de no ser en lugar de reconocido prestigio, estaba bastante bien, y más teniendo en cuenta que nos sirvieron a una hora bastante tardía...

Pero lo de Segovia fue otra historia, y eso que era una de las piedras angulares del viaje. Tengo que decir que monumentalmente hablando Segovia tiene cosas dignas de ver, como su archiconocido acueducto, su catedral y su alcázar entre otras cosas. Sin embargo, en cuanto a la comida, los componentes del viaje nos quedamos bastante desangelados.

Evidentemente, yendo a Segovia teníamos que comer en el famosísimo Mesón de Cándido. Para lo cual, con mucha ilusión, reservamos mesa unas semanas antes y así poder estar allí a las dos de la tarde y disfrutar tranquilamente de una opípara pitanza, o eso pensábamos...

Así, tras salir de Novelda a las ocho de la mañana, algo impensable en vacaciones para mí, nos fuimos en coche con el fin de llegar tranquilamente a Segovia y completar uno de los mejores puntos del viaje, comernos un cochinillo del Mesón de Cándido, famoso en el mundo entero.

Llegamos a nuestro hotel, y con prisas e ilusión nos vamos en busca del acueducto, al lado del cual se encuentra el Mesón de Cándido. Y sí, allí nos lo encontramos. El acueducto era soberbio y la fachada del mesón también.

Listos para entrar a comer y aflojar nuestras correas nos atiende en la puerta un señor vestido de blanco, al que al decirle que tenemos una reserva nos dice, que subamos y hablemos arriba, donde nos tienen preparada una mesa con unas vistas estupendas...

Una vez llegamos nos sientan en la mesa de tan estupendas vistas, a una hermosa pared claro. Y es que los salones del Mesón de Cándido tienen unas bonitas vistas al acueducto, menos nuestra mesa, desde la que ni estirando el cuello podías llegar a ver nada del exterior del mesón. Lo fácil es pensar que el señor de blanco atiende así a todo el mundo, y lo dijo por decir, y no que fuese una broma carente del más mínimo gusto.

Pero bien, tras ello nos atendió Alberto Cándido, el hijo del famoso Cándido, y responsable ahora de llevar adelante ese famoso mesón, por cuarta generación creo, el que nos saludó y nos preguntó de dónde veníamos, deseándonos que todo fuera de nuestro agradado. Parecía que la cosa mejoraba...

Sin embargo, la cosa lo único que hizo fue empeorar. Nos atendió una especie de camarero, bien vestido como corresponde, pero cuyas maneras se habrían perdido en los tiempos del anterior Cándido. Pedimos unos entrantes y vino para remojar el paladar, pero cuando nos trajo el vino nos quedamos muy extrañados de que nos dejase la botella de mala manera en medio de la mesa y no nos sirviese. Cosa rara en un restaurante de tan alta catalogación en todas las guías, empezaban pues a ir cayendo los tenedores que se le otorgan así como nuestras ilusiones. Pero bueno, por suerte los entrantes estuvieron bien, lo cual nos animó.

Y llegó la hora esperada, la hora del cochinillo. Mi primera desilusión fue que no nos partiesen dicho cochinillo con el plato, como estábamos acostumbrados a ver en la tele, pero bueno, seguro que estaba de muerte, ¿o tampoco?

Pues sí, tampoco estaba de muerte, o más bien sí la verdad, de condena a muerte para el cocinero, porque menos cochinillo parecía de todo. Es triste decirlo, pero lo que más me gustó fue la piel. El cochinillo brillaba por su ausencia ya que la mayor parte era manteca y huesos, tal vez nos tocaron las raciones malas, pero ¡ya es casualidad que fuesen a parar todas a la misma mesa! Me habían dicho que podía ser que el cochinillo tuviese sabor a leche, pero la verdad es que lo tendré que comprobar en una próxima ocasión, ya que en esa el poco cochinillo que no era hueso, manteca o tendones, a lo que sabía era a pollo.

Mientras nuestro camarero seguía tratando con un “gran” respeto a todos los clientes, ahora después contaré una de las mejores anécdotas de su servicio, pedimos el postre y nos llevamos la última decepción, pues los postres tampoco merecían la pena. Pero así defraudados y desilusionados pudimos observar lo que ocurría en la mesa de al lado. En ella había una familia con niños pequeños, uno de ellos se levantó, y el camarero raudo y veloz le dijo al cabeza de familia: “Le traigo la cuenta, ¿no?”, a lo que el señor respondió: “Primero el postre y después si acaso, la cuenta”.

Y así nos fuimos, no sin pagar lo justo por comer en un restaurante de lujo, aunque habíamos comido peor que en otros de menú que hay en cualquier lugar, y en los que los camareros o camareras, sin uniformar, te tratan como un auténtico rey.

Con esto lo dejo por hoy. Estoy bastante tranquilo, ya que mis palabras hoy no me pueden llevar a la hoguera porque lo único que digo es la verdad de lo vivido en tan famoso mesón. Pero los que sí merecen el justo castigo del fuego purificador son los nuevos responsables del Mesón de Cándido por permitir que un buen restaurante de fama mundial se eche a perder debido a la mala calidad de la pitanza y más que nada al nulo nivel de su servicio, ya que nuestro camarero no dejó de hacer méritos para perder su puesto. Si alguien ha tenido alguna experiencia en tan famoso, aunque infundadamente según yo, mesón, y la quiere compartir que me deje un comentario.

¡Buenas tardes!

viernes, 1 de agosto de 2008

Agresiones y observadores de la ONU.

Hoy, para empezar el mes de agosto nos ha asaltado en los telediarios la violencia. Bueno, realmente la violencia nunca nos abandona pero cuando es entre niños nos afecta un poco más.

Las imágenes mostraban a una niña ecuatoriana que recibía una soberana paliza de otra niña, española creo. Evidentemente, es muy fuerte que dos niños o niñas se peleen de una forma tan brutal, pero no deja de ser también muy fuerte el hecho de que esa pelea fuese grabada en móvil y haya estado circulando de mano en mano, entre los adolescentes de la localidad, la cual no viene al caso, porque por desgracia pasa en todas partes.

Esa triste pelea que dejó a la niña bastante magullada podría no haber visto la luz, de no ser porque un alma caritativa la grabó en un CD (supongo que por el que había pagado el correspondiente canon) y anónimamente lo dejó en las dependencias de la Guardia Civil. Gracias a esa persona a la que ese tipo de peleas no le parecieron en absoluto normales, como a mí, hoy hemos podido ver las imágenes, cuando la pelea ocurrió realmente el día 23 de julio. Desde entonces hasta ahora, lo triste es que las imágenes han sido vistas por la gente sin que hiciesen nada, de hecho, la familia de la agredida no denunció hasta un día después de entregado ese CD.

Para los medios de comunicación parece que lo único importante es si la agresión tiene tintes racistas o xenófobos, de hecho la alcaldesa de la localidad donde sucedieron los hechos mantiene la tesis de que no hay nada de racismo en esa agresión. Yo la verdad es que no sé si la agresión está provocado por sentimientos racistas, pero no me parece lo más importante del caso, sin duda es un serio agravante, pero el hecho en sí ya es malo.

Las únicas que pueden saber si detrás de todo ello se esconde el fantasma del racismo son agresora y agredida a priori, pero es posible que también lo sepa la persona que grababa la pelea con su móvil, esa persona que en lugar de ir a separarlas se puso a grabar con su teléfono de última generación. Seguramente sería un niño al que como premio por sus excelentes notas y por su buena actitud le regalaron ese móvil. Pero ahí estaba él o ella grabando sin hacer nada...

No es el único caso, también han recordado imágenes en donde un joven agredía a otra chica sudamericana en el interior del metro, mientras otros pasajeros observaban la escena sin hacer nada. Cierto es que en ese caso el joven que sale en primer plano no graba nada, sólo gira la cabeza de vez en cuando para desentenderse del asunto, sin hacer nada por ayudar a la joven. Pero, ¿sería el único que haría eso?, ¿o eso es lo que haríamos la mayoría por desgracia?

Me parece que la respuesta es que sí, la mayor parte de nosotros no haríamos nada, ¡qué se las apañe sola la víctima!, ¡es su problema! Y yo me pregunto: ¿qué nos ha pasado para llegar a tener ese comportamiento? Nos hemos convertido en una especie de observadores de la ONU, pues miramos, nos damos cuenta de lo que ocurre y no actuamos, nos hemos convertido en unos cobardes que no mueven un dedo por sus semejantes por miedo a salir escaldados.

Probablemente si muchos de nosotros nos opusiésemos a esas agresiones, enfrentándonos aunque fuese verbalmente al agresor, eso dejaría de pasar. No digo enfrentarnos a una banda de skins, o de latin-kings, o bandas semejantes, sino únicamente a un anormal que humilla y maltrata a otra persona que no se sabe defender, cuando normalmente entre los mirones somos muchos más... Realmente la cobardía ha entrado de lleno en el ser humano.

En fin, no somos capaces de defender a una persona, pero sí somos capaces de defender al planeta. Queremos salvar a nuestro planeta de todas las atrocidades que cometemos, contaminando por doquier, deteriorando el medio ambiente cuanto podemos y más, pero no nos paramos a salvar a una pobre víctima inocente. Tal vez no merezca la pena seguir luchando por evitar la contaminación, ya que mientras exista el verdadero cáncer del planeta, que no es otro que el ser humano, nuestra querida Tierra se defenderá de él tratando de cambiar el clima para que su agresor desaparezca de su faz.

Yo dejaría que el calentamiento global acabe con el hombre, y que después de ello en la Tierra haya vida sin seres humanos, sin duda mucho mejor, pues el hombre no merece ser parte de esa vida mientras actúe de esa forma: agrediendo a los débiles, a los desvalidos, etc, mientras otros seres humanos lo observan y no hacen nada. Está claro que exagero, pero ese tema merece una respuesta por parte de nuestros legisladores, del mismo modo que está tipificada la omisión de socorro en los accidentes de tráfico.

Y bueno, con esto lo dejo por hoy. Tal vez mis palabras merezcan llevarme a la hoguera por ser un poco fatalista o por no hincarle el diente al racismo, pero sin duda los que merecen el castigo del fuego purificador son los malos de esta película, que sin lugar a dudas son los agresores, acompañados de esos observadores que no hacen nada por evitar la agresión, y que incluso la graban en vídeo para luego difundirla, aunque sean unos niños...

¡Buenas tardes!