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viernes, 28 de marzo de 2008

Hipótesis serias y descabelladas sobre la extinción de los dinosaurios.

Tras analizar detenidamente la encuesta realizada acerca de la posible causa de la extinción de los dinosaurios, se observa que entre los 22 participantes hay un buen reparto entre las diferentes hipótesis.
Como era de esperar, la hipótesis más votada ha sido la que decía que fue por el impacto de un meteorito con 8 votos (36%), seguida de la debida a grandes erupciones volcánicas con 4 votos, (18%) y por detrás con sólo 2 votos (9%): las que dicen que fue por el efecto invernadero, por sus propios pedos, por una glaciación o por el deterioro de la capa de ozono. Por último, con sólo un voto (4%) el agotamiento de la vegetación y ninguna de las citadas, quedando las restantes opciones desiertas.
La verdad, es que los científicos, en este caso paleontólogos, no han conseguido ponerse de acuerdo en cuál fue la posible causa, ya que no se encuentran pruebas suficiente para decantarse por una u otra, pues todas consiguen explicar algunas desapariciones pero siempre fallan en algún detalle.
Unos optan por hipótesis de desaparición gradual porque creen que los restos fósiles apoyan una disminución constante en cantidad y variedad de dinosaurios y otros grupos hacia fines del Cretáceo, lo que podría deberse a los cambios climáticos y ambientales ligados a la gran regresión marina de fines de ese periodo.
Sin embargo se da mayor consenso entre los que apoyan las hipótesis catastrofistas (que se podría unir a la regresión marina) tanto el impacto de uno o más meteoritos como las grandes erupciones volcánicas, que de hecho, es muy posible que vayan ligadas, y que tuviesen consecuencias: en ambos casos, la inyección hacia la atmósfera de elevadas cantidades de polvo, aerosoles y gases seguida por lluvias ácidas, habría provocado una serie de cambios climáticos que la mayoría de las especies no pudieron resistir. Al oscurecerse la atmósfera, se impidió la fotosíntesis y bajó bruscamente la temperatura, para que luego el vapor de agua y el CO2 provocaran un gran recalentamiento, y por último se produjo la acidificación de los océanos. Luego todo está ligado...
Quizás cayeron simultáneamente dos grandes meteoritos, uno en Yucatán y otro en la cuenca del Almirante, al norte de Madagascar, y este último desató las erupciones de Dacán, que se sumaron a los efectos de los meteoritos. ¿Por qué? Porque el mejor apoyo de la hipótesis del meteorito es el cráter Chicxulub, de 280 km. de diámetro, en la península de Yucatán, y porque la mejor evidencia en favor del vulcanismo es la existencia de casi 1.300 km. cuadrados de lava en la meseta Decán, basándose en las altas concentraciones de arsénico y de antimonio asociadas a la anomalía del iridio. Lo malo es que justo debajo de los grandes de lava se encontraron granos de cuarzo amalgamados por grandes presiones, lo que indica que se formaron por un impacto, posiblemente de un meteorito que formó un cráter profundo que se llenó desde abajo por lava hirviente y formó la mesta de Decaán, ya que en la cuenca del Almirante, se localiza lo que aparenta ser un cráter de 320 km. de ancho.
Según Manuel Tamayo H., las principales hipótesis avaladas por los científicos serían las siguientes:

  1. Hipótesis que apelan a factores internos: Envejecimiento racial, Especialización excesiva, Gigantismo extremo, Escasa inteligencia, Sobrepoblación y suicidio, Sobrepoblación y hambruna, y Superdepredación.
  2. Hipótesis que apelan a alteraciones reproductivas causadas por factores ambientales: Infertilidad masculina, Desequilibrio en la proporción de sexos, Engrosamiento de los huevos, Cambio climático y alteraciones de los huevos, Tensión nerviosa y alteraciones de los huevos, y Vulcanismo y alteraciones de los huevos.
  3. Hipótesis que apelan a factores externos:

a) Causas climáticas (cambios graduales): Glaciación o enfriamiento del clima, Efecto invernadero: calor y sequía, Clima y descalcificación, Reducción de hábitats, y Radiaciones y ceguera.

b) Causas biológicas (cambios vegetacionales, graduales): Vegetación y exceso de comida, Vegetación y exceso de oxígeno, Vegetación dura, Vegetación venenosa, y Alteraciones digestivas.

c) Causas biológicas (agresiones): Orugas depredadoras, Mamíferos comedores de huevo, y Parásitos y epidemias.

d) Causas geológicas (algunas graduales, otras súbitas): Aumento de la fuerza de gravedad, Inversión de polos magnéticos, Destrucción de la capa de ozono, Cambios climáticos por la deriva continental, Desbordamiento del océano ártico, Orogenia y reducción de lagunas y pantanos, Supuesto surgimiento de la luna, Descenso del nivel del mar y desaparición de hábitats, Caos ecológico por factores geográficos, Desplazamiento del eje rotacional de la tierra, Grandes erupciones volcánicas, Evolución planetaria, y Cambios en las concentraciones de elementos traza.

e) Causas astronómicas ( extinción súbita): Nube de polvo y de gas interestelar, Vulcanismo lunar, Explosión de una supernova, Actividad solar intensa, Impacto de un meteorito, y Impacto de un cometa.

Ninguna es capaz de explicarlo todo, pero tenemos una votada en la encuesta y que no está considerada entre las anteriores. Es la avalada por el científico, aunque no paleontólogo, de iniciales O. L., que sugiere que desparecieron por sus propios pedos. Vamos a ver su razonamiento:
Se habla mucho del calentamiento global que viene provocado por el efecto invernadero. El principal gas causante del efecto invernadero es el CO2, pero el siguiente en importancia es el metano, aunque no se menciona demasiado por cuestiones económicas (dejaría de usarse gas natural). Hay estudios teóricos solventes que demuestran que en algunas zonas del planeta, el metano producido por la ganadería provoca en teoría un efecto invernadero global mayor que el de la emisión en esas zonas de CO2. La famosa teoría de los pedos de las vacas y el calentamiento global, pero ojo con las termitas y los pantanos, que también emiten metano, de hecho, los vegetales en descomposición de los pantanos (o en cualquier otro lugar) liberan metano a la atmósfera, y a veces se quema produciendo llamas que se denominaron fuegos fatuos.
Pero centrémonos en las vacas, y en general cualquier rumiante. Los estudios de Donald E. Jhonson fueron los que permitieron entender que el 6% del peso de la comida del rumiante se convierte en metano. De hecho, cada vaca es capaz de emitir 110 kilos de metano al año a la atmósfera, y la presencia de este gas aumenta cada vez más, principalmente debido al incremento de la ganadería, actividad que se ha duplicado en los últimos dos siglos. La emisión de estos gases se debe a la presencia de las bacterias en los estómagos de esos animales, y del resto también, incluido el ser humano, ¿o no es cierto que la ingesta de frutas y verduras nos hincha y produce gases o flatulencias?
Ahora imaginaos los enormes estómagos de los dinosaurios herbívoros, repletos de bacterias que fermentaban los vegetales que se comían. Como consecuencia, estos dinosaurios deberían soltarse unos pedos soberbios, y sin duda estruendosos. A parte de eso, es evidente que todo el metano que salía en esos pedos de los enormes dinosaurios podría provocar un enorme efecto invernadero, por lo que pudieron extinguirse de este modo por un gran calentamiento global.
Es más, imaginad, queridos lectores, que la antigua atmósfera, hace unos 65 millones de años, no era como la actual, sino que la concentración de ciertos elementos que ahora ya no abundan, podría provocar grandes tormentas eléctricas. Como consecuencia, esos dinosaurios envueltos en sus propios pedos repletos de metano, por tanto muy inflamables, pudieron ser carbonizados por los fogonazos que emitían con sus pedos unidos a la presencia de la chispa eléctrica del rayo. ¡Imagináos estar detrás de ellos en ese momento!
Pero lo mejor del caso es que esta hipótesis también es compatible con las teorías catastrofistas citadas antes, ya que cuando los meteoritos cayeron sobre la tierra, evidentemente, como ocurre en la actualidad, entrarían en estado de ignición, y si tenemos en cuenta la inmensa nube de gases inflamables, como el metano, producida por los dinosaurios, no es de extrañar que se prendiese fuego y que los mismísimos dinosaurios explotasen ya que eran una bomba de gas esperando ser encendida. La enorme nube de polvo que se formó, no sólo sería causada por el impacto del meteorito, sino también por las cenizas de los restos de los dinosaurios explosionados, lo que hizo que el resto de dinosaurios se extinguiese.
Y con estas teorías, me despido por hoy. Es posible que muchos piensen que mis palabras merecen el castigo de las llamas por contar las descabelladas teorías de O. L. junto a las de ilustres paleontólogos. Pero quienes de verdad merecen el castigo del fuego purificador son esos científicos ortodoxos que criticarían y se reirían de esas teorías, pues si la ciencia ha avanzado ha sido a base de hipótesis tan revolucionarias y descabelladas como esas...
¡Buenas noches!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es interesante la teoría de la explosión de los dinosarios tras caer el meteorito, poco romántica, pero interesante. Yo me los imagino saltando por los aires como las palomitas de maíz.

Nunca hay que subestimar el poder de un pedo... y si va a caer un meteorito, ya sabes, evita estar cerca de vacas u otros rumiantes, por lo que pueda pasar.

Opinador Lenguaraz dijo...

Querido anónimo...
No sé si será romántica la explosión de los dinosaurios por la caída de los meteoritos provocando la ignición de las flatulencias que defiende el científico O.L., pero piensa que en el momento de soltarse los pedos mortales, los dinosaurios, macho y hembra (o cualquier combinación ya que no eran homófobos), podrían estar dándose un beso. ¿Te parece más romántica? ¿A qué sí?
Por cierto, cuando caiga un meteorito no sólo no hay que estar detrás de los rumiantes, sino que yo conozco algunos seres humanos de los que tendrías que estar a kilómetros de distancia... Ya se sabe, la onda expansiva de los pedos humanos, je, je.
Saludos.